martes, 6 de noviembre de 2012

“Para que lo cultivara y lo cuidara” (Génesis 2,15)


“Para que lo cultivara y lo cuidara (Génesis 2,15)

Producción y Alimentación desde la Cultura de Nuestros Pueblos Indígenas

           

            Llega un carro de doble tracción lleno de mercancía a la comunidad de difícil acceso. Una señora ngäbe ha bajado desde una comunidad “más arriba” para compra crema, galletas, arroz, frijoles, latas de sardina y otros productos que hoy día llegan en grandes cantidades a la mayoría de las comunidades rurales de la comarca Ngäbe-Bugle. Su niño de 5 añitos a su lado le pide una Coca-cola y Doritos.

            Ella regresa a la casa con dos bolsas de alimento “de afuera”. Sentado allí en la casa está su papá, ya mayor, recordando hace años cuando construyeron el ranchito para la abundancia de maíz criollo para el rito de paso de su hija. Mientras que ella abre los paquetes de plástico y las latas, el abuelo se pone a pensar en las juntas comunitarias de antes, marcadas por la bendición de las herramientas de trabajo y oraciones especiales según el ciclo de cultivo. Él lamenta la pérdida de la práctica de “Jurite”, la sagrada norma comunitaria de compartir, que ha ayudado a su pueblo confrontar muchas dificultades a lo largo de la historia. Comiendo sus alimentos, ya preparado de arroz industrial, frijoles producidos con el uso de químicos y sardinas no identificables de una lata, el abuelo llora por el sabor de yuca con sopa de palmito e iraca.

 
            Los días 22 a 26 de octubre de 2012, tuvo lugar el XXIV EMANGBUNABRI (Encuentro de Misioneros del Área Ngäbe, Bugle, Naso y Bribri) en el Centro Misionero de Llano Ñopo (Suliagatabiti), Distrito de Munä, Comarca Ngäbe-Bugle con la participación de laicas y laicos, religiosas, sacerdotes de las diócesis de David, Santiago, la prelatura de Bocas del Toro y acompañados por Mons. Aníbal Saldaña, OAR., de la Prelatura de Bocas del Toro y Mons. Oscar Mario Brown de la Diócesis de Santiago. En este encuentro centramos nuestra atención en el tema “Producción y Alimentación desde la Cultura de Nuestros Pueblos”.

            Reflexionamos sobre nuestra realidad alimentaria, en busca de repuestas a la escasez de alimentos en nuestros pueblos. Acompañados por Acción Cultural Ngäbe (ACUN), reflexionamos sobre los conceptos de seguridad alimentaria y soberanía alimentaria, que es “el derecho que tienen los pueblos de definir efectiva y libremente su propia política agraria.” (Vía Campesina).  Hicimos esta reflexión frente a la presión que nos exige cambiar nuestro modelo de una agricultura autónoma, sana y solidaria por un modelo que promueve el consumo de alimento que viene  “de afuera”, que depende de mercados injustos, que producen alimentos contaminados con químicos, con modificaciones en las semillas y productos que no respectan la integridad de la creación de nuestro Dios.

            “Con orgullo y algo de tristeza, miramos la tradición milenaria de nuestros abuelos y la gran sabiduría que nos dejaron, pero que poco a poco está siendo abandonada por las nuevas generaciones. Dios nos ha dado la sabiduría de saber convivir con la naturaleza, que se comparte por medio de los mitos, cantos y enseñanza referente a la armonía en la creación de Dios y la gran responsabilidad que tenemos de colaborar con nuestro trabajo a la tierra en la obra salvadora. Trabajar según las fases de la luna, cuidar las semillas criollas, usar los recursos locales, trabajar en conjunto y producir suficiente alimento para el consumo de la familia son ejemplos de la sabiduría que nos toca rescatar, aunque en un contexto donde la influencia de los productos de afuera y tecnologías dañinas amenazan la posibilidad de una soberanía alimentaria en nuestros pueblos.” (Del comunicado final del encuentro)

            La soberanía alimentaria nos parece un reto muy grande, pero a la vez tenemos señales de esperanza en la rica experiencia de vida y tradiciones ancestrales de nuestros pueblos, y la capacidad de resistencia con la que hemos enfrentado muchos retos a lo largo de nuestra historia. Otra señal positiva son los diferentes prometedores proyectos de producción alimenticia que existen en nuestras comunidades indígenas que implementan nuevas tecnologías, muchos de ellos impulsados por los equipos misioneros de la pastoral indígena. Tuvimos la oportunidad durante el encuentro de compartir las experiencias de las zonas en cuanto a la producción de alimento que incluye un modelo de producción hidroponía en Buenos Aires, los cientos de huertos familiares en la Prelatura de Bocas del Toro, la formación de cientos de agricultores en el proyecto PACTO de Tolé y un modelo de agricultura ecológica en Soloy.

            El encuentro terminó antes del tiempo programado debido a la crisis en Colon y la necesidad de los varios equipos misioneros de  regresar a sus lugares. Pero en todo consensuamos líneas de acción para promover la soberanía alimentaria en nuestros pueblos, que incluye: a) Impulsar los componentes necesarios para la promoción de una soberanía alimentaria, como la formación, organización, promoción de una agricultura ecológica, una preferencia cultural en los alimentos y enfoque en alimentos sanos; b) Valorar la sabiduría de nuestros abuelos referente a la producción y alimentación como fuente de vida y propuesta para solucionar los retos de alimentación; c) Fortalecer el trabajo comunitario que ha servido a nuestros pueblos por generaciones; d) Promover preferentemente el uso de variedades de semillas criollas en lugar de semillas hibridas y transgénicas; y e) Implementar y divulgar las buenas técnicas agro-ecológicas a las nuevas generaciones.

            Agradecemos al Dios Único, conocido en nuestros pueblos como Ngöbö, Chuve, Sbo, y Sibu, por la oportunidad de unirnos como agentes de pastoral indígena entre los pueblos ngäbe, buglé, naso y bribri para reflexionar sobre la gran sabiduría que ha dejado en nuestros pueblos, con una mirada hacia el futuro con esperanza de lograr avances en la situación alimentaria de nuestros pueblos.

 
            Haznos, Señor, personas de gran fe para que cada semilla que sembremos sea signo de nuestra esperanza en Ti, y haznos solidarios para que cada grano que cosechemos sea compartido en acción de gracias por todo lo que Tú haces por nosotros.

 

José Fitzgerald, CM
Equipo Misionero de Soloy
Comarca Ngäbe-Bugle